jueves, 23 de abril de 2009

Ruta 1. Santuario de Jaraba y Mirador de la Dehesa

Eran las 8.30h de una mañana que el termómetro se encargaba de clasificar como 'fresca' (8ºC), con el cielo despejado y sin atisbo alguno de Cierzo. Buena señal. Los partes daban máximas de 22ºC, tanto en Zaragoza com en los alrededores de nuestro primer destino, Jaraba, lo que presagiaba una mañana tranquila.
Entre gasolineras y localización de la ruta eran ya las 10.20 cuando nos situabamos al inicio de la aventura, algo más tarde de lo previsto pero comprensible, debido al desconocimiento del terreno que entonces pisabamos. Dejabamos el coche aparcado en una esplanada soleada (de esto último nos percatamos al volver), y comenzamos a andar tras una clarificadora charla con un lugareño, que ante la falta de féminas en nuestro grupo de cuatro, dudó de nuestra condición sexual. Pero nada nos iba a parar.
Un largo trecho nos condujo por el asfalto de la Z-453, dejando a mano derecha al Balneario de la Virgen y a una planta embotelladora. Virgen sí, pero tonta no. Se empezaban a sembrar las dudas en el grupo ante la interminable pista de pavimento sobre la que nos moviamos. "Timadica del Alberto" se acertaba a oír entre los murmullos.


Cuando el desanimo invadía ya nuestras mentes, a mano izquierda, encontramos el camino que nos llevaría paralelos al Santuario de Nuestra Señora de Jaraba. Ante nosotros se alzaba la majestuosa rampa que entre dientes alguno quería evitar. No pain, No gain.

Pasado el peor tramo pudimos observar la grandeza del paraje, para tras unas muestras de amor, seguir con el camino pues aún desconocíamos la distancia que nos separaba de la meta. Es lo que tiene ir con un plano de un folleto gratuito del Ayuntamiento de Zaragoza, muchos colorines, pero ninguna información más. Además, Lorenzo pegaba.


Llegamos guiados por nuestro sexto sentido (llámale supervivencia, llámale hambre), hasta el conocido y bien señalizado Mirador de la Dehesa o del Río Mesa, donde se produjo un pequeño 'break' en el que se repusieron fuerzas con los famosos combinados de frutas que siempre bebe uno de nuestros integrantes.



Tras esta breve pausa, proseguimos encauzando una bajada (parecía más de lo que en verdad era), que nos llevaría hasta un túnel, donde tras ver la luz, recorrimos el camino iniciado en sentido contrario hasta llegar de nuevo al coche.


Mención especial merece el intento, en algún caso, y el logro, en otro, de cruce de río a través de tronco no muy fiable. Personalmente, ni lo intenté. Al llegar al 'parking' podríamos habernos hecho unos huevos en el capó pero desistimos. Tras una cordial 'charrada' con unos terceraedadienses, vuelta a Zaragoza, tras una excursión cuya duración estimada, incluyendo parones para fotografias y dudas cartográficas, fue de 2h, sin sobresalto alguno.




...sin sobresalto alguno? No. No todo podía acabar bien. Uno de nuestros compañeros tenía que acudir a una importante celebración para la cual iba relativamente bien de tiempo, si el camino de vuelta hubiera sido el mismo por donde fuimos. Por supuesto R.L., el conductor, decidió en un último instante tras consultarlo con todos y pasarse por la breva las consideraciones realizadas por otros, el tomar un nuevo camino de vuelta, que en teoría era más corto, pero que creemos que no, a tenor de los resultados. Además el destino es caprichoso, y este amigo nuestro al retomar su coche (lo dejó en La Almunia para así ir todos en uno) y enfilar hacia su destino, se topó con...una carrera ciclista!! En fin, que al menos la vuelta fue entretenida, aunque no para todos...


PD: Evidentemente soy el que no salgo en las fotos.